En medio de la incertidumbre, residentes de Cicero expresan su orgullo al comienzo del desfile del Día de la Independencia de México

En una demostración de cultura, dos hombres cabalgan con sonrisas y energía orgullosa. Uno de ellos sostiene una bandera estadounidense y el otro una mexicana, mientras trotan a caballo por la ruta del desfile.

En medio del miedo y la baja participación, el Desfile del Día de la Independencia de México en Cicero se realizó  el domingo 14 de septiembre de 2025, con residentes de Cicero mostrando el orgullo por su cultura. Mario Tenorio/ Cicero Independiente

Por Natalia Madrigal

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El clima es cálido y el ambiente es tenso mientras se celebra el desfile del Día de la Independencia de México en Cicero, en Cermak Road, realizado sin temor a pesar de la cancelación de otras celebraciones, como El Grito en el centro. Con la persistente ansiedad del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) hacia los residentes, este año acudió menos gente que en celebraciones anteriores. Sin embargo, la presencia y la energía de la comunidad siguen siendo palpables.

Una madre y su hija sonríen de felicidad mientras disfrutan de las celebraciones del desfile.

Petra Guerrero y su hija Noelia Guerrero, asisten al Desfile del Día de la Independencia de México en Cicero. Mario Tenorio/ Cicero Independiente

“Estoy muy orgullosa y muy agradecida de que la ciudad de Cicero siga celebrando el desfile y honrando nuestra cultura”, expresó Petra Guerrero, residente de Cicero. “Necesitamos que [todas las comunidades] apoyen nuestra cultura”.

Este llamado a la solidaridad llega en un momento en el que la aplicación de la ley migratoria en Chicago está descontrolada.

En los días previos al desfile, ICE inició el “Operativo Midway Blitz”, desplegando cientos de agentes y vehículos en toda la ciudad de Chicago y en los suburbios cercanos. Organizadores y miembros de la comunidad han reportado haber visto vehículos y agentes federales rodeando juzgados y centros vecinales, lo que ha generado preocupación entre muchas familias de estatus migratorio mixto. Entre los afectados directamente se encuentran Constantina Ramírez y Moisés Enciso, una pareja de Cicero arrestada por ICE durante una detención de tráfico en Cicero Avenue  y Pershing el 14 de septiembre.

Su detención recibió atención local inmediata cuando su hijo mayor hizo una declaración pública en la que señaló que el arresto ha perturbado la vida familiar. Detalló cómo sus padres fueron separados el día del décimo cumpleaños de su hermano menor, lo que provocó un repentino fin a sus rutinas diarias: el cuidado matutino de las plantas por parte de su madre, las cenas que compartían cada noche, las arduas horas de su padre en la construcción y su dedicación al huerto y las hortalizas que cultivaba en él. La declaración, incluida en una petición para la liberación de la pareja, enfatiza el costo humano del incremento en la aplicación de la ley y expresa la preocupación de muchas familias de Cicero por estar separadas de sus seres queridos.

El momento en que se producen estos aumentos significativos, sumado a un reciente fallo de la Corte Suprema que flexibiliza las restricciones sobre cómo pueden operar los funcionarios de inmigración, preocupa a los residentes locales por el riesgo de ser perseguidos por su etnia, idioma o apariencia.

“Como pueden ver, no hay mucha gente aquí, pero creo que eso demuestra la importancia de contar con aliados que salgan a apoyar a esta comunidad, especialmente durante las protestas”, explicó Noelia Guerrero, hija de Petra. “Todos deberían tener miedo del fallo de la Corte Suprema. No se trata sólo de las personas indocumentadas, sino de cualquiera que no sea blanco, básicamente”.

Incluso con un toque de tensión en el ambiente, el desfile siguió adelante: bailarines haciendo girar sus coloridas faldas, clubes y equipos de la secundaria Morton mostrando su orgullo escolar, seguidos por luchadores en autos “lowriders” y hombres a caballo ondeando con orgullo las banderas de México y Estados Unidos. Las risas estallaban cada vez que un niño no alcanzaba un dulce que le lanzaban o cuando una pelota antiestrés de los bomberos caía inesperadamente sobre alguien. Estos son los momentos que mantienen unida a nuestra comunidad, unida por residentes valientes que se niegan a ser intimidados y silenciados.

Una de esas residentes es Yolanda Flores, quien, a pesar de vivir ahora en otro lugar, se esfuerza por celebrar y honrar sus orígenes.

“Vengo aquí principalmente para celebrar el Día de la Independencia de México por todas las voces que no se escuchan en este momento”, afirmó, recordando que, con su presencia, incluso una pequeña multitud puede transmitir un mensaje importante. “Vivíamos aquí antes… pero lo que pasa es que siguen con sus tradiciones y eso es genial. Aunque mucha gente no pueda venir, los que estamos aquí vamos a estar con mucho orgullo”.

Aunque hubo menos participantes que en años anteriores, quienes asistieron celebraron con orgullo y emoción, lo que hizo que su presencia fuera mucho más especial.

“Me alegra que no se haya cancelado porque… comparado con el año pasado, es un poco triste”, comentó Dani Ayala sobre la participación de este año. “El año pasado, había autos tocando la bocina toda la noche, banderas por todas las calles, y ahora apenas se ven dos banderas”.

Ayala dijo que, normalmente, en los días previos a las celebraciones, cientos de vehículos decorados con banderas circulaban por el vecindario, creando una presencia omnipresente de entusiasmo y anticipación. Sin embargo, este año esa imagen tan familiar estuvo prácticamente ausente.

A pesar de la asistencia, la decisión de cada participante de asistir se sintió deliberada, un acto intencional de dar un paso al frente ante la incertidumbre.

“Me da gusto que aquí la gente no le tenga miedo a ICE, aunque sí hay miedo, pero… tenemos que presentar que nosotros estamos peleando por nuestros derechos”, dijo Darien Hernández, reflejando la perspectiva de quienes estaban decididos a asegurar un espacio para su herencia y sus voces.

La música y los aplausos resonaron en el aire mientras el desfile se detenía lentamente, mezclándose con el remolino de banderas, pancartas y prendas coloridas que habían recorrido las calles. Los niños brincaban por las banquetas, ondeando banderas y gritándoles a los artistas.

Al mismo tiempo, las familias se quedaron para presenciar los momentos finales de la celebración. Incluso con una multitud más pequeña, quienes acudieron tuvieron la oportunidad de ocupar Cermak durante unas horas, cultivándolo con orgullo y presencia, demostrando que la cultura y la comunidad no pueden ser reprimidas. La resiliencia de todos se sintió en cada bandera, en cada sonrisa y en cada ¡VIVA!.


Natalia Madrigal es redactora y periodista independiente radicada en Chicago. Su trabajo abarca la cultura, el entretenimiento y la narrativa comunitaria. Graduada de la Universidad de Illinois en Chicago, ha escrito para medios universitarios, locales e independientes, cubriendo historias que fomentan la diversidad de voces y de  comunidades creativas. Impulsada por su pasión por el cine y la música, ofrece un enfoque narrativo a las historias que comparte.


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