La respuesta de Morton West a una amenaza de arma de fuego revela la preocupación de los estudiantes

Ilustrado por Ivan Salazar

Por Jorge Martinez

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El profesor de Josh Skerrett le pidió a la clase que siguiera nadando. El día empezó como cualquier otro —agua fría y sabor a cloro a primera hora de la mañana—, pero pronto se volvió amargo. Skerrett supo que algo no estaba bien cuando su profesor le dijo a su clase que no se movieran de donde estaba.

“Mi teléfono no paraba de sonar porque el profesor no nos decía nada. Mi madre estaba llamando y mucha gente estaba asustada”, contó Skerrett.

El 9 de diciembre de 2022, Skerrett era el socorrista de su clase de natación de educación física del segundo periodo en la secundaria Morton West cuando le dijo a los estudiantes que no podían salir. Una hora más tarde se conectó a su teléfono y descubrió los mensajes abrumadores sobre los acontecimientos que se estaban sucediendo a su alrededor. La escuela hizo un cierre parcial del plantel que duró aproximadamente dos horas y media.

Se le comunicó a los oficiales de los recursos escolares que un alumno había metido una pistola en el edificio y se activaron los protocolos de seguridad. Al menos dos alumnos fueron acusados de posesión de un arma de fuego en el recinto escolar. Los agentes de policía empezaron a registrar las aulas y los objetos personales, lo que provocó la detención de varios alumnos. 

El cierre reveló los problemas que los estudiantes han planteado en las escuelas de Morton, sobre todo la creciente demanda de la seguridad en la escuela.

La petición por un Morton seguro

Unos alumnos caminan tímidamente por el pasillo de una escuela. Al fondo, contra las taquillas, se ven figuras de autoridad que se ciernen sobre los estudiantes.

Ilustrado por Ivan Salazar

En diciembre pasado, frustrado por la falta de medidas para mantener la seguridad en su escuela, Skerrett se unió a un grupo de estudiantes que exigían un cambio. Un integrante de dicho grupo es Diego Helms, estudiante de Morton West que publicó una petición en línea que tiene más de dos mil firmas. Otro estudiante difundió una encuesta en la que se preguntaba a los alumnos qué significa para ellos la seguridad.

En respuesta al cierre parcial de emergencia, dos semanas después la administración del distrito realizó una reunión comunitaria para discutir el tema de la seguridad escolar. Se dividió a los asistentes en pequeños grupos y se les pidió que identificaran los puntos fuertes y los puntos a mejorar en materia de seguridad escolar.

Mientras que algunos padres abogaron por el uso de detectores de metales en las escuelas, otros cuestionaron qué otros recursos se necesitaban en su lugar.

Uno de los padres envió un correo electrónico a Cicero Independiente diciendo que los informes de la reunión que se les enviaron a los padres por correo electrónico después de la reunión eran “selectivos”. Señaló que las preocupaciones planteadas por los padres sobre la contratación de más funcionarios de seguridad no estaban en los informes.

“Las preocupaciones de los padres sobre la actitud de los guardias de seguridad no están en el documento, sin embargo, estaban en las notas de nuestro grupo y el tema salió varias veces durante la reunión”, escribió el padre en el correo electrónico.

El distrito compartió fotografías de los pósters que los padres utilizaron para expresar sus preocupaciones. Mucho de lo que se manifestó en dichos pósters se refiere a la seguridad escolar. Tras una inspección más detallada, se encontró que hay varios apuntes sobre la seguridad escolar que se omiten en la hoja de resumen.

Morton West cuenta con la mayor cantidad de policías  en todo el distrito, representando más de la mitad de todos los policías. Con 20 policías, Morton West tiene más policías que Morton East y la escuela alternativa Morton juntas, según una solicitud de La Ley de Libertad de Acceso a la Información realizada por Cicero Independiente.

Nuevos cambios en Morton 

Una larga fila de estudiantes rodea y se extiende hasta la puerta de un colegio. Los estudiantes tienen expresiones faciales de estrés y frustración mientras esperan en fila para pasar por el detector de metales.

Ilustrado por Ivan Salazar

La administración del distrito respondió por primera vez a las demandas de los padres por una mayor seguridad mediante la instalación de detectores de metales en dos días distintos, uno en enero y otro a principios de febrero. Los estudiantes informaron de que los detectores de metales resultaban molestos y causaban largas filas que se extendían a lo largo de toda la cuadra.

En abril, una recepcionista de la oficina del director de Morton West confirmó que se siguen utilizando detectores de metales. Sin embargo, cambian de entrada. Los detectores de metales se utilizarán permanentemente el año que viene.

Morton West también ha puesto en marcha la iniciativa de las mochilas transparentes, que busca motivar a los alumnos a llevar mochilas de material transparente. Los alumnos pueden recoger una mochila transparente gratis en la oficina principal de la escuela. 

Sin embargo, una recepcionista de la oficina del director de Morton West confirmó que no son muchos los alumnos que usan mochilas transparentes. 

El incentivo es la “inmunidad al ser examinado”, pero los alumnos de Morton siguen manifestando sentirse incómodos con el registro de sus pertenencias, según Skerrett.

“Las investigaciones sugiere que los estudiantes, especialmente los estudiantes negros y latinos, se sienten menos seguros en los entornos escolares que emplean estas medidas”, dijo Zindy Márquez, directora de comunicaciones del Comité de Abogados de Chicago por los Derechos Civiles (CLCC, por sus siglas en inglés), sobre el tema de los detectores de metales y de las mochilas transparentes. 

Márquez dijo que el CLCC condena las tácticas de humillación pública empleadas por los agentes de recursos escolares, afirmando que tales medidas son “contraproducentes e incluso destructivas”, para los estudiantes. La organización destacó la importancia de aplicar políticas que den prioridad al bienestar físico y emocional de los estudiantes.

Los estudiantes de Illinois no siempre tienen la expectativa de su privacidad, según Márquez, en ciertas propiedades de la escuela como son los casilleros o los estacionamientos. A los estudiantes se les recuerda su derecho a guardar silencio, que está establecido en la quinta enmienda.

INTIMIDACIÓN A LOS ESTUDIANTES

Alumnos tímidos se alinean contra las taquillas a ambos lados de un pasillo mientras una figura de autoridad, que se asemeja a la seguridad escolar, observa a los alumnos y les proyecta una sombra.

Ilustrado por Ivan Salazar

Durante la elaboración de este reportaje, Cicero Independiente escuchó a varios estudiantes decir que la administración les pidió que no hablaran. 

“Les preocupaba cómo esto afectaría a su imagen. Me molestó a mí y también a Diego. Queríamos hablar”, dijo Skerrett.

Cicero Independiente ha contactado a varios estudiantes para que comenten sobre lo sucedido  y muchos han respondido que no querían hablar con la prensa. Algunos miembros del grupo “Make Morton Safe”, dijeron que los administradores les dijeron que no hablaran con Cicero Independiente. 

El Manual de Estudiantes y Padres de Morton establece que los estudiantes “...pueden ser castigados por crear y/o distribuir material escrito o electrónico, incluyendo material de internet y blogs, que cause una alteración importante del funcionamiento de la escuela o interfiera con los derechos de otros estudiantes o miembros del personal”.

Según Márquez, estas políticas permiten restringir la expresión de los alumnos cuando ésta “perturba considerablemente”, a la comunidad escolar. Sin embargo, la “legalidad” de tales instrucciones por parte de los administradores está sujeta a la interpretación del corte.

No es la primera vez que los administradores intentan mantener una narrativa positiva relacionada con el tema del cierre parcial.

Reynaldo Camas, estudiante de Morton East y representante de la Junta de Educación, dijo que en la reunión del pasado 14 de diciembre, un miembro de la junta le dio instrucciones por primera y única vez para que hablara positivamente sobre la respuesta del distrito. 

El miembro de la junta, a quien Camas no identificó, le dio instrucciones a Camas para hablar con sus compañeros y decir que el distrito está tratando de escuchar las preocupaciones de la comunidad.

“En mi opinión, eso no es algo que deban decirme que diga. Si realmente están tomando medidas, los padres y los estudiantes se darían cuenta de que realmente están haciendo algo”, comentó Camas.

Skerrett enfatizó que la seguridad de sus compañeros es más importante que meterse en problemas a pesar de estas posibles repercusiones. 

“Estoy pidiendo a Morton que haga algo que no haría de otra manera. Nunca habrían implementado [los detectores de metales] si no fuera por la indignación pública. Realmente no pudo haberles importado demasiado, porque tienen un historial de no preocuparse por sus estudiantes”, agregó Skerrett.


Jorge Martínez es periodista comunitario independiente.


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