Voz comunitaria: jóvenes LGBTQ merecen el derecho a prosperar

Un joven viste una camisa blanca con la palabra Unidad y una huella de pata. El color del arcoíris interior. Envuelve una bandera del Orgullo arcoíris detrás de él.

Jorge Martínez durante una celebración de fin de año para el club Gay Straight Alliance en Unity Jr. High School el 19 de mayo de 2019. Foto cortesía de Jorge Martínez.

Por Jorge Martinez

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*Nota del editor: este artículo de opinión se publicó por primera vez en LGBTQ Nation.

Tan pronto cruzo fronteras estatales, escondo que soy queer.

Asistí a un viaje patrocinado por mi escuela primaria a las montañas en el estado de Tennessee hace unos años, para explorar el campo del estado y las impresionantes vistas. Viajamos como grupo y tuve la suerte de tener amigos cercanos en el viaje, con quienes me sentí extremadamente cómodo compartiendo mi sexualidad. En mi ciudad natal de Chicago, nunca me sentí inseguro al expresarme. No es un secreto: cruzó las piernas cada vez que me siento, mis uñas están pintadas y en el viaje reflejaban el calor de los estados en el sur del país y mi voz la cual se elevaba un octeto ciertamente no me ayudaba.

Pero en Tennessee, las miradas comenzaron a amontonarse, desde el personal de los hoteles, los camareros de los restaurantes en los que comíamos e incluso los guardias de seguridad cuyo trabajo era hacernos sentir seguros. Compré el quitaesmalte más barato en una farmacia local; empecé a descruzar las piernas; aclaré la garganta antes de hablar para asegurarme de que sonara lo más masculino posible. Temía por mi seguridad física.

Tan pronto como el avión aterrizó de regreso en Chicago, respiré aliviado, me senté en la mesita de noche y, a pesar del cansancio del largo vuelo, me pinté las uñas de nuevo.

Como jóvenes queer, nos vemos obligados a limitar con quién podemos ser queer y dónde. Cambiamos de código cuando la situación lo exige. Observamos qué maestros respetan nuestros pronombres y qué amigos se sienten cómodos diciendo insultos [homofóbicos]. Y ahora, ciertos estados se suman a esa carga, codificando esas preocupaciones en leyes.

Hoy, una cantidad sin precedente de leyes anti-LGBTQ están inundando las legislaturas estatales de todo el país. Uno tras otro, los estados conservadores se apresuran a prohibir que los jóvenes trans participen en deportes, estan prohibiendo la educación sexual en las escuelas, eliminando las políticas de no discriminación respaldadas por el gobierno federal, e impidiendo la atención médica que afirma el género. A escala nacional, los jóvenes LGBTQ ahora tienen que determinar por sí mismos si vale la pena arriesgar nuestra seguridad por nuestra autenticidad.

Como jóvenes queer, necesitamos desesperadamente que el gobierno tome medidas y apruebe la Ley de Igualdad hoy. Si tenemos o no acceso a nuestros derechos como personas LGBTQ se ha vuelto dependiente de los límites geográficos de donde están nuestros pies. Hoy, en 27 estados no existen leyes explícitas que nos protejan de la discriminación y en 21 estados todavía es legal discriminar a las personas LGBTQ en muchas esferas de la vida pública, incluida la educación.

La Ley de Igualdad protegería a las personas LGBTQ a nivel federal para que nuestros derechos sean iguales sin importar en qué parte del país elijamos vivir. Ampliaría las leyes federales de derechos civiles para protegernos de la discriminación en el empleo, la vivienda, el crédito, el servicio de jurado y los programas financiados por el gobierno federal, como los de salud y educación, así como en los lugares y espacios públicos. Nos permitiría vivir auténticamente como nosotros mismos.

Vi la aprobación de la Ley de Igualdad por primera vez en la Cámara de Representantes en 2019 a través de la pequeña pantalla de mi teléfono. Por primera vez, sentí un gran orgullo por mi país, seguro de que finalmente íbamos por el camino correcto, ajeno a la avalancha de leyes anti-LGBTQ que pronto se extendería por todo el país. Justo cuando comenzó el mes del Orgullo LGBTQ (Pride) este año, el presidente Biden emitió una proclamación en la que pidió al Congreso que aprobara la Ley de Igualdad, que dijo, “consagrará las protecciones de los derechos civiles que se han retrasado mucho y construirá un futuro mejor para todos los estadounidenses LGBTQI+”.

Pero actualmente, la legislación languidece en el Senado. A pesar de las repetidas llamadas de los defensores LGBTQ y el respaldo de todo el caucus demócrata federal, hasta ahora no ha habido ninguna acción sobre el proyecto de ley desde mediados del año pasado. Con el apoyo de una mayoría de estadounidenses, la Ley de Igualdad todavía parece estar en peligro de fracasar. Estamos al borde del precipicio de finalmente garantizar que las personas LGBTQ puedan ser ellas mismas y vivir sin temor a la discriminación, sin importar el estado en el que residan, pero no podemos llegar allí si nuestros funcionarios electos siguen ignorando nuestros gritos.

Las fronteras estatales nunca definirán quiénes somos. Las personas queer existen en todas partes, estamos aquí para quedarnos y merecemos el derecho a sentirnos seguros mientras lo hacemos. A medida que la lista de legislaciones estatales anti-LGBTQ crece rápidamente, el Senado tiene la responsabilidad de actuar ahora para aprobar rápidamente la Ley de Igualdad para que el presidente Biden la promulgue como ley.

En todo el país, los jóvenes queer esperan de cerca el día en que ya no tengan que esconder quiénes son, ni esconder su deseo de practicar deportes, vestirse como elijan y acceder a la atención médica que afirme sus identidades de género. Así como las flores no eligen dónde florecen, los jóvenes LGBTQ merecen el derecho a prosperar en todos los lugares donde existimos. La lucha por la igualdad no debe morir en comité ni a través de las fronteras estatales.


Jorge Martinez es un colega reportero de Cicero Independiente y actualmente estudiante de Bennett Day School. Es un activista de la comunidad gay y voces jóvenes.

Nuestra sección "Voz Comunitaria" les da a los residentes de Cicero y Berwyn la oportunidad de compartir sus pensamientos, experiencias y opiniones. La información se verifica para verificar con precisión. Para contribuir con un artículo de “Voz Comunitaria” envíe un correo electrónico a info@ciceroindependiente.com.


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